El equipo brasileño integrado por Giulia Aikawa da Silveira Andrade, Thiago Steffen, Umberto Violatto Sampaio y Yuri Rodrigues de Medeiros Wagner se adjudicó una de las dos menciones honrosas de la octava versión del Concurso Alacero de Diseño en Acero para Estudiantes de Arquitectura, en donde cada país latinoamericano miembro de la asociación invita a las Escuelas de Arquitectura locales a participar en el desarrollo de la temática de la competición.
Después del salto, conoce en profundidad esta propuesta.
Descripción del equipo: El conjunto arquitectónico en cuestión se ubica en Florianópolis (Brasil), en un punto de gran altura, conocido como Morro da Cruz. Este cerro se ubica en un punto central de la ciudad: entre el Centro y el barrio Trindade, donde hay importantes instituciones como la Universidade Federal de Santa Catarina.
Históricamente, el Morro da Cruz se pobló por sectores de la población al margen del proceso de formación de la “ciudad formal”: ex-esclavos, pobres expulsos del centro de la ciudad durante el época de las medidas sanitarias, antiguos trabajadores de grandes obras públicas, como la construcción del Puente Hercílio Luz (1922), migrantes provenientes de las regiones rurales. La ocupación de las cuestas del Morro da Cruz se consolidó como alternativa de vivienda próxima al centro para la población de baja renta, que no tenía condiciones de costear el elevado precio de la tierra en la “ciudad formal”. En la actualidad, esa ocupación recibe reglamentación, y el área donde viven aproximadamente dieciocho comunidades está demarcada en el Plan Maestro como ZEIS (Zona Especial de Interés Social).
En 2011, la calle Transcaieira, que cruza y conecta dos lados del cerro, ha sido asfaltada por medio del Programa de Aceleración del Crecimiento (su sigla en portugués: PAC - Programa de Aceleração do Crescimento), lo que ha
generado nuevos flujos urbanos y ha definido un vínculo significativamente más fuerte entre la “ciudad informal”, en las cuestas del cerro, y la “ciudad formal”, abajo. Esa calle, actualmente servida de una red de transporte público de
pasajeros y por la cual circulan principalmente los residentes del Morro da Cruz, es utilizada cada vez más por la población no residente en el área, como conexión directa entre el centro y el barrio Trindade.
El terreno elegido para la implantación del Centro Deportivo y Social se encuentra, justamente, en esta calle. El sitio presenta desniveles acentuados: en dos de sus extremos hay elevaciones que forman “colinas”, y en el centro hay
una superficie ya nivelada, utilizada hoy en día como una cancha de fútbol. Al sur, el terreno posee vista al mar, y al norte hacia el Manglar del Itacorubi.
El edificio se asienta en el terreno como un puente entre las dos colinas, que abriga, bajo su cubierta, a una cancha de deportes en el mismo lugar donde antes había un campo de tierra. De esa manera, el deporte se oficializa en el lugar, y ese terreno, que la comunidad ya utiliza ocasionalmente como espacio de ocio, tiene su carácter público oficializado con la instalación del equipamiento, que se vuelve punto de convergencia de las comunidades y soporte para actividades educativas y culturales.
Esto es de especial importancia en el contexto, puesto que actualmente no hay ningún equipamiento de ese tipo que atienda a las comunidades próximas y, además, porque la instalación del complejo reforzaría el vínculo entre la población de las cuestas del cerro y la que habita en los barrios abajo. El edificio funciona como extensión del espacio público, abriga una actividad ya existente a la vez que posibilita nuevos usos.
El campo de tierra se vuelve cancha cubierta que puede abrigar, además de juegos deportivos, ferias u otras actividades culturales: permanece espacio de libre acceso apropiable por todos. Tal como implantado, el edificio establece fuerte diálogo con el paisaje, insertándose en el terreno para liberar las vistas panorámicas a la ciudad que lo rodea. Por consiguiente, además de condensar las actividades sociales, el edificio funciona como elemento que refuerza el paisaje y permite la lectura de la ciudad desde lo alto.
En sus extremidades, el edificio abriga dos bloques: de un lado, administración y cafetería en la planta baja, y talleres (espacios multiuso para cursos artísticos y de capacitación o reuniones de la comunidad) en el piso superior; del otro lado, vestidores y baños en la planta baja, debajo de las graderías, y sala de baile (para clases de baile, yoga u otras prácticas corporales) en el piso superior. En el centro de la edificación, con una altura libre de 7 metros, se encuentra la cancha de deportes. La conexión entre esos dos bloques se realiza a través de pasarelas elevadas a los costados de la cancha, formadas por dos pares de vigas de celosía en acero de una altura libre de alto.
La estructura que soporta la cubierta del conjunto se compone de vigas de celosía en sentido longitudinal y de vigas tensadas de alma llena perfil tipo L en acero, que las conectan en sentido transversal, en la modulación de 5 metros. Las vigas de celosía de las pasarelas descargan los esfuerzos en cuatro pilares de hormigón. La cubierta del edificio es en losa alveolar de paneles prefabricados. En ella están ubicados el skatepark, aparatos de gimnasia al aire libre y el acceso al mirador, desde el cual se tiene una amplia vista de la ciudad.
Arquitectos
Giulia Aikawa da Silveira Andrade, Thiago Steffen, Umberto Violatto Sampaio, Yuri Rodrigues de Medeiros WagnerUbicación
Florianópolis, Florianópolis - State of Santa Catarina, BrazilPremio
Mención HonrosaProfesor
Almir Francisco ReisInstitución
Universidade Federal de Santa CatarinaAño Proyecto
2015Fotografías
Cortesía de Alacero